Querida Mamita Que Te Sientes Rendir:
- Yo
- 20 may 2016
- 3 Min. de lectura
NO TE DECAIGAS.
Sé que te sientes como si el peso del mundo está en tus hombros y que realmente no importa lo que haces, o a nadie lo que hagas o que simplemente pasan por alto tu trabajo dentro y fuera de casa. Sé que te sientas en el auto, pones tu cabeza sobre el timón y las lágrimas caen por tus mejillas. Sé que a veces sólo quieres tirar la toalla y susurrar (o gritar) que ya has tenido bastante de todo esto. Que ya no puedes más.
Lo sé. Lo sé porque yo me he sentido así repetidas veces.
Recuerdo estar sentada en el baño detrás de la puerta con la cabeza entre las manos, pensando que no podía seguir con esto de la maternidad más y que realmente yo no era tan importante como para hacer una diferencia y que nunca jamás volvería a ponerme al día con la lavandería - lo cual, por cierto, todavía no lo logro... Y porque me he sentido así es que estoy escribiendo hoy, para decirles que, en este momento, importas más de lo que tú crees o jamás llegarías a creer.
Tú y tu vida, tu voz, tus dones propios, tu sonrisa, todo importa y mucho.
Habrán días difíciles. Semanas difíciles. Meses difíciles.
Sin embargo, tú puedes hacer esto. Sé que puedes. Estoy segura que sí.
Puedes levantar la cabeza, secarte las lágrimas, echar a un lado las palabras que te detienen, y puedes ser madre hoy. Puedes mirar a los ojos de tus hijos y decirles lo mucho que los ama - a pesar de que estás recordando lo mucho que te agotaron esta mañana. Puedes amarlos incondicionalmente. Puedes cocinarles, atenderlos, estudiar con ellos. Puedes llevarlos a fútbol o al ballet o a la escuela o a donde quiera y que te sientas que al menos los estas llevando y eso importa, estar con ellos y para ellos importa. Pasar tiempo con ellos importa.
Rendirse significa parar, detenerte. Y tú eres imparable.
Un sabio amigo mío me dijo este fin de semana que sólo fracasamos cuando nos rendimos.
La maternidad no se parece en nada a lo que imaginaba cuando era joven. La maternidad no se parece a esos tableros de Pinterest llenos de ideas de cumpleaños con tortas de fondant perfectos. Esos momentos están ahí. Pero en serio, me leen, esas cosas no son realmente así. Esas cosas, mientras que son hermosas, no son realmente importantes en el viaje de la vida. ¿Sabes lo que de verdad importa? Tú. En este momento, la lectura de estas palabras, dar de tí misma por tu familia.
Te das cuenta que un impacto asombroso va a salir?
No me digas acerca de todas las veces que te han pasado trastadas. Yo he pasado por trastadas también. Pero ¿recuerdas todos los momentos en los que lo has hecho bien? ¿O los momentos en los que has estado allí? Despertarte a la 1 a.m. meciendo un niño que tuvo una pesadilla o cada dos horas a dar pecho. Hacer la cena de una despensa que está casi vacía. Renunciar a algo que necesitas para que tus hijos puedan conseguir lo que ellos necesitan. Ayudar con las matemáticas. Leer una historia. Hacerles basta a sus pantalones. Coserles un botón. Escuchar sus historias. Reír. Sostenerles el cubo de vomitar. Limpiar sus caritas. Poner sus artes en la pared o la nevera. Verlos dormir.
Esos son los momentos en la vida que son una bendición.
Aunque a veces te sientas que te rindes. No lo hagas. Recoge la toalla de la maternidad en este momento y ponla en su lugar, tu puedes hacer esto hoy en día. Claro que sí. Se puede, por tu familia. Deja de mirar como otras son madres, o lo que los estados de Facebook, Pinterest dicen que debe ser la madre perfecta. Tú eres la madre perfecta para tus hijos hoy en día. No dejes que el mundo venga a calificar tu maternidad. No hay ninguna etiqueta de precio lo suficientemente grande que jamás pueda ilustrar el verdadero valor de la maternidad. Tú eres un regalo increíble para su familia.
Yo creo en ti.
¿Que estas esperando? Tú puedes hacer esto mamita.
Sí que puedes, eres una leona!







































Comentarios